domingo, 1 de junio de 2025

¿ES SPIDER-MAN KANTIANO?


El siguiente texto es una adaptación del artículo publicado en el sitio Cinemanet y fue escrito por Pedro Gutiérrez Recacha bajo el título "Una aproximación ética a los superhéroes (I): ¿Es Spider-Man kantiano?" 

¿ES SPIDER-MAN KANTIANO?

Pedro Gutiérrez Recacha

Tradicionalmente, los tratados de ética suelen destacar dos aproximaciones fundamentales: la de Immanuel Kant (típico ejemplo de ética deontológica, basada en su conocido imperativo categórico) y la de Aristóteles (típico ejemplo de ética material, basada en la eudemonía y su conocida regla del término medio). 

Kant dedica la segunda parte de su Crítica de la razón práctica (1788) a reflexionar sobre cómo podría llevarse a cabo una adecuada educación de la moralidad de las personas, particularmente de los jóvenes. En estas páginas, Kant señala la importancia que encierra para su formación el presentarles narraciones con personajes que puedan ser tomados como ejemplos morales. Ahora bien, habría que tener especial cuidado al seleccionar dichos héroes, pues sería recomendable que éstos no fueran excesivamente triunfalistas ni llevaran a cabo sus buenas acciones pensando en alcanzar beneficios materiales, reconocimiento social o por el mero disfrute de hacer el bien. 

Muy por el contrario, Kant nos esboza con un par de trazos cómo debe ser este héroe ejemplar: un individuo que, una vez tomada una decisión moral, comprueba que ésta le priva de recompensas, le procura pérdidas, despierta la enemistad de sus amigos, le hace merecer la censura de sus familiares… y que, aun así, “sin titubear ni dudar tan siquiera, permanece fiel a su resolución de rectitud”. Es decir, un individuo con capacidad de sacrificio. 

Desde luego, se diría que las palabras kantianas resonaban, más de dos siglos después de ser escritas, en las mentes de Stan Lee y Steve Ditko cuando concibieron en 1962 el cómic en el que debutaría el que se convertiría en superhéroe emblema de Marvel: Peter Parker, alias Spider-Man.

Kant, a diferencia de Aristóteles, considera que el sumo bien al que puede aspirar el hombre no es sólo la felicidad: es ser feliz y además merecerlo. La ética sólo nos garantizaría la segunda parte de la ecuación. Quien se comporte moralmente, será digno de la felicidad, pero no la tendrá asegurada (al menos en esta vida, porque Kant postula la existencia de Dios como garante de la recompensa final del hombre bueno)… Efectivamente, nuestro arácnido personaje en ese sentido es puramente kantiano, pues ha de ver con frecuencia cómo su labor heroica interfiere en su vida privada con nefastas consecuencias —por ejemplo, cuando el joven Parker no aparece en una cita porque tiene que convertirse en Spider-Man para hacer frente a una amenaza pública, con el comprensible enfado de la muchacha convidada… por no mencionar situaciones más graves en las que incluso su doble vida llega a poner en peligro la seguridad de sus seres más queridos; si no, recordemos lo que sucede en la primera película de Spider-Man, dirigida por Sam Raimi (2002) cuando el maligno Duende Verde averigua su identidad secreta—, a menudo sus acciones en beneficio de la comunidad sólo le granjean el rechazo de ésta —ahí tenemos las sempiternas campañas del director del Daily Bugle, J. Jonah Jameson, en su contra—, ocasionalmente incluso es tomado por un criminal y perseguido por la policía… y las peleas con los distintos supervillanos le dejan como único dividendo un cuadro de heridas, moratones y contusiones de diversa consideración.

Teniendo en cuenta este panorama más bien pavoroso, podemos preguntarnos qué es lo que hace que Peter Parker siga queriendo enfundarse sus mallas rojiazules para continuar ejerciendo de nuestro amistoso vecino el hombre araña. Podríamos aventurar una respuesta típicamente kantiana a esta pregunta: si Peter Parker lo hace, es por deber. Efectivamente, el concepto de deber es la clave de bóveda de toda la ética del autor de la Crítica de la razón pura. Kant entiende por deber una norma altamente formal (es decir, que puede generalizarse y ser aplicada cualquiera que sea la situación) e incondicionada (no está determinada por aspectos concretos de la situación… lo que tiene una severa implicación: ¡no valen excusas para no cumplirla!). 

El deber se transforma así en el “imperativo categórico” kantiano, que en su enunciado más conocido nos dice que tenemos que tratar a los demás siempre como fines en sí mismos y nunca como meros medios para nuestros propósitos. A partir de este principio general, válido para cualquier ocasión, podría deducirse cualquier norma ética concreta.

Pues bien, Spider-Man también ha asumido su propio imperativo categórico o, lo que es lo mismo, su regla fundamental con la que guiar su existencia. Se resume en una frase que, invariablemente, suele ser pronunciada en algún momento de todas sus adaptaciones cinematográficas: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Estas palabras no nacen espontáneamente, sino que reflejan un duro aprendizaje vital: es la lección que el joven Parker ha tenido que aprender después de que, tras recibir sus superpoderes mediante la picadura de una araña mutada, su propia negligencia causara indirectamente el fallecimiento de su amado tío Ben. Como el imperativo categórico kantiano, Spider-Man acepta libremente esta fórmula como una norma práctica suprema que se impone a cualquier otra inclinación o motivación.

En este sentido, el final del primer Spider-Man de Raimi es ejemplar, pues nos muestra la determinación moral del joven Parker (Tobey Maguire), dispuesto incluso a renunciar a una relación amorosa con su anhelada Mary Jane (Kirsten Dunst) para asumir su deber como protector enmascarado de Nueva York (¡un ejemplo que, a no dudarlo, hubiera hecho las delicias de Kant!). 

Por finalizar nuestra pequeña disquisición spider-kantiana, digamos que el rasgo moral fundamental de Spider-Man como héroe es su sentido de la responsabilidad, algo muy ligado a toda ética deontológica, es decir, basada en el concepto de deber. La recompensa por cumplir con el deber no es la felicidad, sino, como bien señalaba Kant, un sentimiento mucho más profundo: el respeto por uno mismo. Spider-Man puede no ser un héroe feliz, pero es un héroe que puede sentir respeto por sí mismo.

La versión completa de este artículo se puede leer en la siguiente dirección: https://www.cinemanet.info/2013/02/una-aproximacion-etica-a-los-superheroes-i-es-spider-man-kantiano/

También hay una versión resumida de este artículo en el siguiente enlace: Spiderman kantiano.

Contesta las siguientes preguntas en tu cuaderno:

1. ¿Qué es una ética deontológica?

2. ¿Cuál es el sumo bien que debe alcanzar el hombre  según Aristóteles y según Kant?

3. ¿Cómo deben ser los héroes que se deben de tomar de modelo según Kant?

4. ¿Por qué Spiderman se clasificaría como un héroe kantiano?

5. ¿Qué es un imperativo categórico?

6. ¿Cómo expresa Kant el imperativo categórico?

7. ¿Cuál es el imperativo categórico de Spiderman?

8. ¿Cuál debería ser la recompensa para el que cumple con su deber?

9. Menciona el título de dos obras de Kant.

10. ¿Tú qué piensas? ¿Se debe siempre cumplir con el deber aunque eso nos pueda perjudicar de forma personal?

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