lunes, 30 de marzo de 2020

LA PANTERA ROSA Y LA ÉTICA

La Ética es la rama de la filosofía que trata el problema del bien. Todos nosotros, tarde o temprano, realizamos acciones que pueden calificarse éticamente. ¿Cómo decir que hemos actuado correctamente? ¿En qué fundar nuestra respuesta? Son dos los puntos de vista que pueden arrojar luz al respecto. Por un lado, tenemos a Aristóteles cuya ética es una ética teleológica, es decir, centrada en fines. Por el otro, tenemos a Immanuel Kant cuya ética es una ética deontológica, es decir, centrada en el deber. Veamos esto a través de lo que le sucedió a la Pantera Rosa en el capítulo “Super Rosa”.


En este capítulo, la Pantera Rosa quiere seguir los pasos de un superhéroe pero todo lo que hace le sale mal. Pretende ayudar a una viejecita pera en cada una de las ocasiones la venerable anciana termina golpeada, robada, sin casa, sin auto, etc. ¿Hizo bien la Pantera Rosa? Aristóteles dirá que no y es que para el filósofo griego lo importante de la acción son sus consecuencias. Si los resultados son buenos entonces el acto es bueno. Si al querer salvar al gato lo logra sin perjuicio de nadie entonces el acto es bueno. Sin embargo, como la Pantera Rosa termina tirando el árbol y éste destruye la casa de la viejita ese acto, por muy loable que sea, termina siendo malo. Por eso se dice que Aristóteles es un filósofo teleológico: lo que importa son los fines que se han alcanzado.


Kant, por el contrario, dirá que la Pantera Rosa, aunque falló en todos sus intentos, actúo correctamente. Y es que Kant consideraba, precisamente, que nuestros actos podían tener múltiples resultados (algunos agradables y otros no tanto). Por consiguiente, es la intención lo que importa no el resultado final. Es decir, la Pantera Rosa siempre tuvo la intención de hacer el bien aunque no lo lograra. Nunca actúo de mala fe. Al contrario, era guiada por un deber propio de todo superhéroe: Ayudar al prójimo. Kant dirá que lo único que importa es la buena intención, por eso se dice que es un filósofo deontológico, es decir, centrado en el deber ser.


Todo acto tiene, por lo menos, dos aspectos: una intención y un resultado. ¿Por cuál nos inclinamos? Dejamos esta pregunta para continuar un debate que lleva siglos realizándose. 

Dejo el video para que lo disfruten.

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