Los valores nos indican qué
es importante para nosotros. Por tal motivo, si para mi algo es importante,
entonces, tiene valor para mí y tomo mis decisiones en base a dichos valores.
Para Bart las historietas
del Hombre Radioactivo eran más importantes que las de Gasparín. Ahora bien,
esta “importancia” o valor, se puede ver reflejada en el precio de un objeto. Esto
sería un valor económico y en el capítulo podemos observar que las historietas
de Gasparín tienen un costo mucho menor. Sin embargo, el valor económico no
tiene que ser igual al valor sentimental: lisa estaba feliz de haber comprado
muchos números por tan poco dinero.
Ahora bien, a Homero no le
interesa Luisa Lane porque veía más hermosa a la Mujer Maravilla. Aquí
observamos, entonces, un ejemplo de valor estético. Cuando apreciamos algo
principalmente por su apariencia nos estamos dejando llevar por nuestros
valores estéticos. El dibujante que se encontraba en la convención, al revisar
los trabajos que le hacían llegar, los rechazaba por motivos estéticos (hay que
recordar que algo muy importante en un cómic es la calidad del dibujo).
Cuando algo es muy
importante para nosotros, somos capaces de hacer hasta lo imposible para
alcanzarlo. Por eso se dice que los valores son la guía de nuestras vidas e
incluso pueden darle un sentido. Habrá personas que dedican toda su existencia
a la búsqueda del conocimiento, a ayudar al prójimo o acumular riquezas. Bart
lo expresó claramente cuando dijo que hasta el momento en que vio el número uno
de la revista del Hombre Radioactivo no sabía para qué había venido al mundo. El
valor que le da a esta revista es tanto que no le importa hacer hasta lo
imposible para conseguir el dinero necesario. En su afán por conseguir el
dinero no le importó desperdiciar el refresco o malbaratar la cerveza.
Ahora bien, cuando trabaja
para la señora nos enfrentamos con el problema de cómo valorar económicamente
un trabajo. Bart trabajó muchísimo y pensaba que le iban a pagar bastante pero
la señora consideró (de buena fe) que los cincuenta centavos eran un pago justo.
En la vida real esto es muy común: un diseñador gráfico puede suponer que su
trabajo tiene un costo pero el cliente supone que debería de cobrarle más
barato (de ser posible hasta gratis, a fin de cuentas sólo es un dibujito).
Por eso, en las sociedades
se deben de establecer escalas de valores económicos para que no sea el costo
que cada quien quiera darle. Es esta una de las razones por las que el tipo de
las historietas sigue con el precio de cien dólares por la revista sin
importarle los esfuerzos de los niños.
Aristóteles dice que siempre
elegimos un bien pero no siempre elegimos bien, los niños consiguieron la
revista pero no fue lo mejor para ellos. Al darle más importancia a algo
material que a la amistad se pelearon, pusieron en riesgo su vida y perdieron
la revista. Habían elegido lo que querían (un bien) pero no eligieron bien
(pues la revista les trajo más problemas que beneficios).
Por último, Bart hizo bien
al elegir a Milhouse que a la revista porque la vida de una persona siempre
será más valiosa (y no de la forma económica) que cualquier revista por muy
única que sea. Los valores morales (que incluyen el respeto por la vida humana)
deben estar por encima de los valores económicos.
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